En nuestra anterior entrega os hablamos de las virtudes de la “Piparra” o Guindilla de Ibarra y, entre muchos aspectos, resaltamos que “(…) no pica. Y si pica, no es Piparra”.
Pues bien. Hoy cambiamos de tercio y cambiamos de estación.
Si aquella (la “Piparra”) fue nuestra última publicación veraniega, hoy estrenamos temporada otoñal y los termómetros lo atestiguan desplomando el mercurio y obligándonos a mudar vestuarios y desterrar la crema para el sol. Y como en Imanol estamos en todo, os procuraremos calor, calor del bueno, para combatir el frío.
¿Cómo vamos a hacerlo?
Como mejor sabemos: alimentándoos.
Recapitulamos… llega el frío, atrás queda la “Piparra” y hoy os recomendaremos otra delicatesen igualmente traída de América: el Chile Habanero. Esta vez sí, os recomendamos “ataros los machos” (pues a México nos vamos) y prepararos para una experiencia que disparará vuestros sentidos.
Verde en origen (dulzón con trazas picantes), se torna anaranjado cuando madura (picante) y termina rojo (y extremadamente picante) si le damos tiempo.
Decir que el Chile Habanero es “picante” no le hace justica. Picante es, claro está, pero una de sus variedades goza (por méritos propios) del título “el pimiento más picante del mundo”, el Savina Rojo, variante natural del Habanero, procedente de California y que llega, siendo como es el “TOP Picante Mundial” a duplicar el picor del resto de “picantes” presentes en todas las gastronomías del mundo entero. Ahí es nada.
El picor de un pimiento se mide con la escala Scoville del picor encontrado en la capsaicina (alcaloide presente en este chile). Esta escala no solo incluye alimentos, para que os hagáis una idea también compite en picor con salsas que aglutinan pimientos y/o especias, fulmina al tabasco y se mide con los espray de pimienta (usados para defensa personal).
Decíamos que viene de México: famoso por su apego a una gastronomía rica y variada que gira en torno al calor en boca de sus diferentes géneros (salsas, aderezos, chiles…). Y así es, pese a que se ha hibridado y procurado su cultivo en otras tierras y latitudes sin alcanzar la textura, el picor y el sabor original.
No solo os ayudará a combatir el frío. Entre sus muchas propiedades destacamos su gran contenido de Vitamina A y fortalece el sistema inmunológico llegando a duplicar el aporte de Vitamina C de un cítrico. La sabiduría popular del lugar (México) sostiene que el Chile Habanero te procura felicidad, te alarga la vida y, por si todo esto fuera poco erradica dolores de cabeza y encima está delicioso como aperitivo, guarnición, en salsa, acompañando a carnes rojas o picado en arroces.
Esto nos plantea un abanico de posibilidades… ¿Qué rumbo tomar?
- Ampliar nuestra carta con un pintxo que incluya Chile Habanero…
- Premiar a nuestros amigos y clientes (españoles y mexicanos) conjugando de algún modo ambas gastronomías: mexicana y vasco-navarra en Madrid…
- O empaparnos con sus materias primas, hacer las maletas y poner rumbo a Polanco, en el DF, para hermanar ambas tradiciones gastronómicas diseñando una carta que incluya carnes rojas, chiles, Tequila y Txacolí…
Sea cual fuere, si es cierto que desde Imanol ya os transmitimos nuestra firme creencia en la posibilidad de la Internacionalización de un modelo de negocio exitoso, y más concretamente en la Joint Venture como mejor método para hacerla realidad.