Guindilla de Ibarra – Ibarrako Piparrak, nuestro particular “langostino de huerta guipuzcoana” traído hasta tu mesa de Imanol por el mismísimo Cristóbal Colón. No se puede empezar mejor un artículo ni generar mayor expectativa sobre un producto: “la Piparra”.
Aunque para ser sinceros, Colón hizo su parte trayendo las primeras guindillas desde las Américas y nuestro clima, nuestra tierra y el saber hacer de las manos de nuestros agricultores ha hecho el resto con sus labores tradicionales y centenarias.
Hago un alto para dejar bien claro, para que tú, como consumidor, comprendas la importancia de la Denominación de Origen, sepas que guindillas hay muchas, pero “Piparra” solo una, de una calidad excelsa y una cantidad muy reducida, sobre todo porque es alimento de temporada (cuando la tomamos a modo de guarnición, con lascas de sal y en caliente). Queremos matizar esto para que no te den gato por liebre y sepas que en Imanol cuidamos a nuestros comensales llamando a las cosas por su nombre.
Esta guindilla “autóctona” es como es gracias a la tierra y al clima de la zona en la que se cultiva. Los aportes minerales, la temperatura, la humedad (de agua dulce) y el salitre (marino) hacen el resto. Esas condiciones únicas solo las reúne Guipúzcoa.
Para que puedas distinguirla y, si es menester, compararla… ahí va un dato que a más de uno dejará boquiabierto: la guindilla de Ibarra NO PICA. Es más, no debe picar. Y si pica, no es Piparra.
Tiene que resultar dulce al paladar, sabrosa, carnosa y dulce. El matiz “picante” (si se acepta el entrecomillado) lo aportará el vinagre cuando se trate de una Piparra encurtida, nada más.
Esta Piparra, nuestra guindilla, la verdadera y autóctona, hará que tu paladar se regocije en cualquiera de sus modalidades: sea en frío y encurtida (en pintxos con queso Idiazábal), sea en caliente a modo de ración o tapa (o media ración) como perfecto acompañamiento para nuestras generosas carnes rojas (como el Buey) y/o alguno de nuestros pescados blancos (nuestra especialidad: el rape). Aunque en materia de pescados… tampoco descartes utilizarlas para acompañar uno azul, esto según el gusto de cada cual.
Solo queda desearte que goces con esta experiencia en tu Asador Imanol más cercano y, mientras te lo piensas, has de saber que ya hay alguien calentando aceite de oliva para volcar una ración de Piparras y dejarla freírse solo hasta el momento en que deja de crepitar: el toque justo se lo daremos con unas lascas de sal para que saborees una guindilla tierna y sabrosa que se derretirá en tu paladar.